jueves, 15 de noviembre de 2007

Discurso de Defensa por el Asesinato de Eratóstenes, 1-3(bis)

¿Por qué en Atenas el adulterio era considerado un delito tan grave, hasta el punto de que quien lo cometiera no quedaba sometido al castigo decidido por un jurado de la ciudad, como en todos los otros casos de actuación ilícita, sino que podía actuar sobre él la justicia particular del ciudadano ofendido, causándole incluso la muerte al amparo de las leyes?

La explicación se halla en la importancia del núcleo familiar que, desde la aparición de la polis, va a ser determinante para la organización y consolidación de ésta.

En el contexto de la polis griega, la finalidad de la familia es transmitir la propiedad y los roles sociales de sus miembros, de manera que el orden político y social perviva cuando mueran los ciudadanos.

La mujer, dentro de la familia, tiene asignado exclusivamente el rol de la reproducción: su tarea es producir hijos varones que heredarán y conservarán la propiedad familiar, ciudadanos para la polis que ocuparán cargos en las instituciones que la rigen.

De ahí la preocupación de los hombres, y de la ciudad, por la actividad sexual de sus mujeres: está en juego la legitimidad de quien hereda un patrimonio familiar, el οἶκος , y de quien forma parte de los organismos institucionales que deciden sobre todas las cuestiones de la ciudad, y por tanto, sobre su futuro.

Consecuentemente, el delito de adulterio no era una cuestión de carácter privado que debiera resolverse de puertas adentro en el entorno familiar; todo lo contrario, afectaba a los mismos pilares sobre los que se asentaba la propia democracia. De ahí que un μοίχος , de no ser sorprendido en flagrante, se exponía a una acción pública, una γραφή μοιχεία, que podía ser incoada contra él no sólo por el tutor de la mujer implicada (el marido, padre o varón representante legal bajo cuya protección vive), sino por cualquier otro ciudadano que , como miembro de la comunidad, tenía derecho a denunciar cualquier acto que, más allá de las leyes, repercutiera negativamente en la ciudad.

Por otra parte, si las leyes consentían matar a un hombre sorprendido en flagrante delito, con respecto a la mujer no se pronunciaban de igual modo: era castigada con sanciones como el repudio (de estar casada), y la prohibición de participar en las ceremonias religiosas.

¿Por qué esta diferencia en la sanción?
En términos políticos, a la ciudad sólo le interesa la actuación del varón, de ahí que se regule el delito de adulterio cometido por hombres; en cambio, las cuestiones de las mujeres quedan relegadas al espacio familiar, y el castigo por adulterio que debe afrontar una mujer se circunscribe al ámbito privado.

Además, a todos los efectos, la mujer en la sociedad griega es siempre tratada como una menor, por lo que incluso en una circunstancia como ésta, aunque haya consentido y participado activamente en la infidelidad, es vista como la parte pasiva, la seducida, la corrompida.

Ello lo corroboran los verbos μοιχάω y μοιχεύω , que se usan en voz activa y media para referirse al acto en que un hombre seduce , corrompe y obtiene los favores de una mujer casada, ( complemento de persona que aparece en acusativo); en cambio, se usan en voz pasiva cuando se refieren a una mujer que se ha dejado seducir por un hombre.

Bibliografia:
Eva Cantarella, La calamidad ambigua,Ediciones Clásicas, Madrid

Imagen:
Lecito de mármol, 350 aC. British Museum

1 comentario:

Anónimo dijo...

Exactamente. Además, Eufileto deja claro que las indiscreciones de la esposa (de la que no nos dan ni el nombre) empezaron después de nacer el niño, para que no haya dudas sobre la legitimidad de su hijo. Además, si él subió a dormir arriba puede que fuera para retozar con la esclava, ya que por la noche le toca a su mujer limpiar al niño, en vez de hacerlo la esclava. Si devuelve a su esposa a la familia por el adulterio, Eufileto puede retener la dote de la esposa para su hijo, ya que si él perdiera la dote podría pensarse que él era penalizado por el adulterio de la esposa.
Un abrazo
Elena