domingo, 28 de enero de 2007

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 11-12. La actitud religiosa del hombre griego III

Si el rito sacrificial garantiza la buena armonía entre el hombre y la divinidad, esta relación se rompe cuando el ser humano de alguna manera infringe las normas relativas a lo divino: se invade su espacio sagrado, se vulnera algo de aquello que le pertenece, se quebrantan los juramentos, se derrama sangre humana, o no se respetan las reglas del rito. En todos estos casos los griegos hablan de “contaminación” (míasma). La contaminación supone ineludiblemente venganza divina sobre el sacrílego, y se difunde tanto en el espacio, involucrando al grupo social que lo acoge,(la familia, la ciudad, el ejército griego en la Ilíada…) como en el tiempo, complicando la vida de los descendientes (la familia de los Labdácidas…)

La mancha del individuo contaminado requiere un acto de “purificación” (cátharsis) que consiste en una ablución efectuada con agua.

Aunque no se haya cometido ningún sacrilegio, el ritual purificador se realizará en todas las situaciones que potencialmente sean contaminantes como el nacimiento, la muerte, el sexo o la enfermedad, ; incluso antes de acercarse a un acto de culto.

Para los casos más graves de míasma ,se acudirá a los sacerdotes de Apolo en Delfos, el dios purificador por excelencia, quienes prescribirán unas pautas estrictas de actuación.

La especificidad de la religión griega.

Mario Vegetti dice que lo distintivo de la religión griega es “el producto de dos factores culturales peculiarmente griegos: la poesía épica y la figuración artística”, que constituye el suplemento iconográfico de ella.

“La épica nace del fondo de relatos míticos tradicionales sobre las divinidades y las potencias sobrenaturales que habitan el mundo y lo dominan”.

Los mitos son anónimos, difusos en el espacio y en el tiempo, y su origen se halla en el comienzo de los tiempos. Sobre ellos actúa la poesía épica (la Ilíada en primer lugar) llevando a cabo una operación de selección y ordenación, y estableciendo unas precisas relaciones funcionales y de poder en el politeísmo antropomórfico que emerge de la masa mítica primitiva.

Los dioses en la poesía épica son individualidades, son personajes que actúan, no conceptos ni abstracciones, y así los heredará Hesíodo y estructurará su Teogonía según los criterios del orden generacional y del sistema de interrelaciones.

Esta operación modeladora de la poesía épica sobre el universo divino en forma de relato antropomórfico es puesta en conexión con la sociedad aristocrática, que mediante la épica celebra sus héroes y sus divinidades. Unos y otros son representados en el límite máximo de su excelencia (areté), pero los separa la condición de inmortalidad de los segundos a modo de barrera en una relación especular entre ambos.

El umbral que los separa será franqueado por razones de parentesco, gracias a las continuas uniones entre dioses y diosas con mortales, o por vínculos de afecto reforzados en los actos rituales.

Este continuo entrelazamiento entre dioses y hombres que aparece en la Ilíada será característico de la religión griega posterior: resultan dioses próximos, familiares, con un comportamiento propio de humanos, pero sin dejar de ser temidos por la propia fuerza que representan.

El politeísmo antropomórfico de la religión griega comporta unas consecuencias importantes: no son dioses omnipotentes ni omniscientes, pero sí son poderosos y se distinguen entre ellos como individualidades por el dominio específico en el que se ejercita su poder. Son dioses plurifuncionales (de ahí la multiplicidad de apelativos que tienen) cuyos poderes y campos de actuación en ocasiones se solapan.

En el colectivo de los dioses griegos destacan en primer lugar las doce grandes divinidades del Olimpo: Zeus, Hera, Posidón, Atenea, Apolo, Dioniso, Ártemis, Afrodita, Deméter, Hermes, Hefesto y Ares.

Además, están otras divinidades también bastante antiguas: Hades, Hestia, Eros y Perséfone. En época clásica se integran dioses que proceden, a diferencia de los anteriores, de la abstracción y de la sublimación de valores : Díke, Eiréne, Týkhe. Y en época helenística se incorporan divinidades extranjeras asimiladas a algunas de las existentes: Amón se unirá a Zeus, Isis a Deméter y Osiris a Dioniso.

Sacado de Vegetti, Mario: "El hombre y los dioses". En: El Hombre Griego, Jean-Pierre Vernant y otros. Alianza Editorial

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 11-12. La actitud religiosa del hombre griego II

Dice Mario Vegetti que en el hombre griego la experiencia de lo sacro nació “con la percepción de la presencia de potencias sobrenaturales en lugares arcanos,(bosques, fuentes, grutas, montañas), en fenómenos naturales misteriosos y temibles (el rayo, la tormenta) y en momentos cruciales de la existencia (la vida, la muerte)”.

En el término griego “hierós” confluyen dos acepciones, una que alude a todo lo relacionado con lo divino, y otra que hace referencia a lo fuerte, lo poderoso.

De una manera progresiva lo sacro va ocupando un espacio, “se territorializa”, de manera que los lugares en que las fuerzas divinas se sienten de manera especial adquieren también un carácter sagrado y se delimitan, bien de manera natural (sacros son muchos parajes de la naturaleza , las tumbas de héroes), o bien posteriormente creados por la mano del hombre en la misma polis.

Estos espacios se convierten en santuarios, “témenoi”, que garantizan la seguridad de todo lo que se halla en su demarcación ( los templos levantados para alojar a las divinidades, las ofrendas, los propios oferentes), que a su vez también adquiere la cualidad de sacro.

Por otro lado, para el hombre griego, sacro será también todo lo que procede de las potencias sobrenaturales, y en particular de sus voluntades: el orden de la naturaleza , de la vida humana , y del grupo social.

Para el hombre griego, lo sagrado, en tanto que fuerza sobrenatural, en sus manifestaciones es ambivalente porque es benévolo, propicio, principio de orden, pero también puede ser destructivo, implacable, violento. Y esta ambivalencia es lo que condiciona la actitud del hombre para con lo divino, siempre tratando de atraerse el lado benévolo y de alejar el negativo.

Para propiciar la bondad de la divinidad están los actos rituales, individuales o colectivos que, para ser eficaces, deben seguir unos esquemas y celebrarse en los momentos fijados por la tradición .(el calendario griego está en el origen de estas prácticas)

El acto ritual consta de tres fases : la ofrenda votiva (ofrenda alimentaria, y por excelencia el sacrificio animal), la invocación y la oración.

El origen mitológico del sacrificio animal se encuentra en el engaño que tramó Prometeo a Zeus, al separar en bandejas diferentes las carnes de las partes no comestibles de un animal, pretendiendo reservar aquellas para los hombres y éstas para los dioses, acto con el que puso fin a los banquetes compartidos entre ambas razas y que determinó su distinta alimentación: humo y aromas para los dioses, y carne para los humanos.

El acto sacrificial no restituye esa convivencia primigenia, pero aplaca a los dioses y reconforta a los hombres, que festejan con alegría el banquete que viene a continuación.

Si el sacrificio ofrecido a los dioses olímpicos es festivo, público, sobre los altares, solar (siempre a la luz del día), el dirigido a los dioses ctónicos o del mundo de los muertos se celebra por lo general en la oscuridad de la noche, directamente sobre la tierra, y se practica la combustión de todo el cuerpo de la víctima sacrificial (el holocausto).

A cada divinidad le son sacrificados unos animales preferentemente, y ni el sexo ni el color del pelaje son indiferentes. Pero todas las víctimas deben ser “téleioi”, sanas y sin defecto.

Otras ofrendas muy frecuentes eran la libación de vino o leche, pasteles y dulces u hortalizas y primicias de las cosechas colocados ante el altar, expresando simbólicamente en todos los casos la renuncia por parte del grupo humano a una parte de sus recursos alimenticios y su concesión a la divinidad.

Sacado de Vegetti, Mario: "El hombre y los dioses". En: El Hombre Griego, Jean-Pierre Vernant y otros. Alianza Editorial

viernes, 26 de enero de 2007

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 11-12. La actitud religiosa del hombre griego I

En el diálogo platónico Eutifrón, Sócrates se encuentra en el pórtico del arconte rey con un ciudadano que lleva por nombre el del diálogo .

El arconte rey se encargaba de los asuntos religiosos y de culto, por tanto de los delitos de sangre, y Eutifrón había acudido allí a denunciar a su padre de haber causado la muerte ,aunque involuntariamente, de un jornalero, considerando que su proceder era un acto completamente pío y de acuerdo con la ley.

Sócrates, asombrado por la sabiduría respecto a lo sagrado de su amigo que actúa de tal manera, quiere hacerse discípulo suyo y le pide que le explique qué es la piedad.

Siguiendo una serie de razonamientos encadenados, mediante preguntas y respuestas, Eutifrón infiere que la piedad y lo pío es: “lo que agrada a todos los dioses”, “la parte de lo justo referente al cuidado (therapeía) de los dioses”,”una especie de servicio a los dioses”, “una ciencia de sacrificar y de orar”,”la ciencia de las peticiones y ofrendas a los dioses”, “una especie de arte comercial de los unos para con los otros”, las ofrendas serían “muestras de veneración, de homenaje, deseos de complacerles”, y otra vez “lo querido para los dioses”. Llegados a este punto Sócrates advierte a Eutifrón que su razonamiento ha dado la vuelta y están nuevamente en el principio de la conversación, y éste, a pesar de las insistencias de Sócrates para que le explique qué es la piedad, pretextando que tiene prisa se va.

Lo que la religión griega no es:

Mario Vegetti en su capítulo en El hombre griego, de Jean-Pierre Vernant y otros,Alianza Editorial, dice de la religión griega que es “un sistema de ausencias” y aclara lo que no fue:

-no se basa en ninguna revelación concedida por los dioses a los hombres, de ahí que no exista un profeta fundador, ni ningún libro sagrado que constituya el principio de un sistema teológico.

-no tiene una casta sacerdotal permanente y profesional que interprete y monopolice lo sagrado, y menos una iglesia, entendida como un cuerpo jerárquico separado dentro del estado.

-no tiene dogmas de fe cuya observancia fuera impuesta y vigilada.

-en el conjunto de creencias y relatos en torno a lo sagrado, no tienen especial protagonismo los que se refieren a la creación del mundo y de los hombres.

-no existe el concepto de pecado original, del cual los hombres tengan que ser purificados y salvados.

-no hay una preocupación por el tema de la supervivencia del alma y de su salvación ultraterrena (salvo de forma minoritaria en las sectas mistéricas).

-incluso no hay una palabra cuyo campo semántico equivalga propiamente al término religión, entendida etimológicamente como una unión con la divinidad. Lo más próximo es eusébeia y ya hemos visto cómo Eutifrón la explica como el cuidado de los dioses, entendido este cuidado como la práctica de peticiones y ofrendas a las divinidades.

-tampoco existe una palabra que se corresponda con el término fe, entendida como la aceptación de algo por la autoridad de quien emana. Lo más próximo es nomízein toús theoús, y hay que entender la expresión en la lengua común como respetar, honrar a la divinidad en las prácticas de culto, cuidar a la divinidad dedicándole las oportunas atenciones rituales, más que creer en su existencia tal y como se planteará en el lenguaje filosófico posterior.

Y dice Mario Vegetti: “El núcleo de la relación entre hombres y divinidad..…parece consistir en la observancia de los cultos y de los ritos prescritos por la tradición.” , y ello sin caer en un comportamiento obsesivo pero sintiendo “un profundo y radical temor a la divinidad y a su capacidad de castigar las culpas de los hombres golpeándoles a lo largo de su existencia e incluso de su descendencia.”

lunes, 22 de enero de 2007

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 11. LOS ACUSADORES


“Pero ésto, jueces, es lo que en primer lugar me sorprende de Meleto…”

En La Apología de Platón el propio Sócrates al comienzo de su intervención explica a los jueces que va a defenderse frente a dos tipos de acusaciones y dos tipos de acusadores. El criterio es temporal.

Los primeros acusadores son un grupo indeterminado de atenienses, muchos por cierto, que caen en el anonimato a excepción de un comediógrafo (sabemos que se refiere a Aristófanes),que lo han estado criticando durante muchos años hablando mal de él a todo el mundo ( también a los propios jueces presentes cuando eran jóvenes), y son los que han creado y extendido con sus calumnias una falsa imagen de Sócrates diciendo que “Sócrates comete delito y se mete en lo que no debe al investigar las cosas subterráneas y celestes, al hacer más fuerte el argumento más débil y al enseñar estas mismas cosas a otros”, y que además cobra dinero por ello.
Éstos son los que más teme.

¿De dónde surgen estas calumnias?

Sócrates lo explica: posee cierta sabiduría, y no lo dice él, sino el dios de Delfos , a quien consultó su amigo Querefonte en cierta ocasión. El dios dijo que no había nadie más sabio y Sócrates, aún creyendo que no sabía nada, pero seguro de que el dios decía la verdad, se dirigió a la gente de la calle , a los que creen que saben mucho ( políticos, poetas, artesanos) , hablaba con ellos y les hacía preguntas descubriendo que realmente no sabían nada.
Y como los jóvenes que libremente le acompañaban y le escuchaban hacían lo mismo e interrogaban a los mayores, éstos se irritaban y decían que Sócrates corrompía a los jóvenes y hablaban mal de él como lo hacían de todos los que filosofan.


Dando crédito a todas estas calumnias que vienen de tiempo atrás, se presentaron como acusadores reales los llamados por él segundos acusadores: Meleto, Ánito y Licón declarando bajo juramento que “ Sócrates delinque corrompiendo a los jóvenes y no creyendo en los dioses en los que la ciudad cree, sino en otras divinidades nuevas”.

Meleto era un joven poco conocido y fue quien a todos los efectos presentó la acusación contra Sócrates. Ánito era un ateniense bien acomodado de cierta notoriedad política, y Licón era un orador de poco lustre.

Respeto a Meleto, en el diálogo Eutifrón, Sócrates haciendo uso de su conocida ironía nos lo caracteriza :

“No lo conozco bien yo mismo, Eutifrón, pues parece que es joven y poco conocido…….de pelos largos, poca barba y nariz aguileña…..¿qué acusación? Me parece que de altas aspiraciones . En efecto, no es poca cosa que un joven comprenda un asunto de tanta importancia. Según dice, él sabe de qué modo se corrompe a los jóvenes y quiénes lo corrompen. Es probable que sea algún sabio que, habiendo observado mi ignorancia, viene a acusarme ante la ciudad, como ante una madre, de corromper a los de su edad. Me parece que es el único de los políticos que empieza como es debido : pues es sensato preocuparse en primer lugar de que los jóvenes sean lo mejor posible………….Después de esto, es evidente que se ocupará de los de mi edad y será el causante de los mayores bienes para la ciudad……..”

Para las citas de la Apología y Eutifrón he utilizado la traducción de la Biblioteca Clásica Gredos

sábado, 20 de enero de 2007

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 10

“…cuando sus adversarios en el juicio le acusaron de que no reconocía los dioses que reconoce la ciudad, sino que estaba introduciendo otras divinidades nuevas, y que corrompía a los jóvenes…”

Ante un tribunal de la Heliea se podían celebrar juicios privados ,cuando afectaban a un individuo en particular, o juicios públicos ,si afectaban a la ciudad en su conjunto. Los primeros solían llamarse díkai y sólo podía promoverlos la persona afectada; los segundos solían llamarse grafaí , y cualquier ciudadano tenía derecho a promoverlos en nombre del estado.

En una acción privada la indemnización era otorgada al denunciante, si ganaba el pleito pero, de perderlo, tenía que pagar una compensación económica a la parte contraria; en cambio, en una acción pública el demandante no percibía nada, pero si perdía el caso, no obteniendo el voto de una quinta parte del jurado, incurría en multa de 1000 dracmas.

Una vez hablaron ante los jueces los acusadores y el acusado, tuvo lugar una primera votación en la que Sócrates fue considerado culpable por 281 votos condenatorios y 220 de absolución. El propio Sócrates se sorprendió del resultado pensando que iba a ser condenado por una diferencia de votos mayor, tal como dice en La Apología escrita por Platón.

Por otra parte, con vistas al establecimiento de la pena, existían juicios timetoí en los que los jueces determinaban la pena, y juicios atímetoi, en los que la pena estaba determinada por la ley.

El caso de Sócrates fue un juicio timetós , y los jueces tenían que decidirse , bien por la tímesis (pena que proponía el acusador) o por la antitímesis (la que proponía el acusado).

Como los acusadores propusieron para Sócrates la pena de muerte, si él hubiera propuesto a su vez una multa importante o el destierro, muy probablemente se hubiera salvado. Pero a sus setenta años y siendo fiel a su manera de pensar , le parecía vergonzoso implorar con el llanto, como hacían otros, su salvación y, además, proponer para sí mismo una multa era reconocerse culpable y darles la razón.

Así que propuso lo que consideró que merecía: habiendo sido útil para la ciudad durante mucho tiempo y encontrándose en la miseria, lo justo era ,según él, que recibiese el honor de ser alimentado a expensas del estado, tal como establecía la ley para los benefactores de la ciudad. A continuación, también propuso pagar una mina de plata, y haciendo caso a los amigos que se encontraban allí con él, 30 .

El tribunal aceptó su propuesta y tuvo que decidir entre ella y la pena de muerte.

Obviamente, muchos del jurado consideraron de absoluta arrogancia, soberbia y desafío la propuesta de Sócrates, así que en la segunda votación, respecto a la primera, 80 jueces cambiaron de opinión y votaron a favor de su muerte.

(No ha llegado ninguna clepsidra antigua hasta nosotros. Sólo se conoce su funcionamiento por las descripciones de Vitrubio.)


jueves, 18 de enero de 2007

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 9. CRITÓN

…”preferiré morir antes que seguir viviendo innoblemente, mendigando sacar provecho de una vida mucho peor que la muerte”.

En el diálogo de Platón que lleva por título el nombre de uno de los más fieles amigos de Sócrates , Critón, leemos que éste va a visitarlo a la prisión, como todos los días, la víspera del día en que Sócrates toma la cicuta y muere, con la esperanza de insistirle una vez más y persuadirle a que escape de la cárcel y salve su vida.

¿Qué argumentos utiliza para convencer a Sócrates?

Apelando a su vieja amistad: Primero pretende convencerle recurriendo a argumentos que sólo se explicarían por la antigua e intensa amistad que los une, intentando provocar un sentimiento de lástima en Sócrates, diciéndole cosas como que ,si muere Sócrates , él se verá privado de su mejor amigo y , además, la mayoría pensará de él que tiene en más el dinero que a los amigos, en la idea de que pudiendo ayudarle no hizo nada.

Que no sea por dinero: A continuación le dice que puede disponer de su fortuna , e incluso la de otros amigos, para sobornar a quien haga falta y sacarlo de la cárcel. Le recuerda que hay muchos lugares donde podría ir y le recibirían con cariño, en particular él tiene amigos en Tesalia que le acogerían bien.

Y si no, que lo haga por sus hijos: Los traiciona , pues los abandona dejándolos huérfanos, pudiendo evitarlo, cuando la obligación de todo padre es hacerse cargo de los hijos.

Pero no hay manera.
Sócrates, fiel a la manera de pensar y a los razonamientos que ha defendido durante toda su vida, no sólo de viva voz sino con el ejemplo de su propio comportamiento, explica a su amigo que las circunstancias en que se encuentra no van a cambiar sus principios, de manera que: no le importa la opinión de la mayoría, sino de quien razona sobre lo justo e injusto; no es lo más importante el vivir, sino el vivir justamente y honradamente y, aunque uno sufra una injusticia, no hay que responder con otra injusticia.

Piensa que una huída de la cárcel sería un acto de injusticia tremendo porque perjudicaría a la ciudad y a sus leyes, a sus amigos, a sus hijos y a sí mismo.

Al escapar, destruiría la ciudad por no acatar las sentencias que ella emite con sus leyes, demostrando que no tienen ninguna validez.

Las leyes de la ciudad son la base legal sobre la que se organiza la convivencia en la ciudad, han establecido las normas sobre el matrimonio, la crianza y educación de los hijos , los derechos y deberes del ciudadano; permiten que libremente uno decida vivir en la ciudad o irse a otro lugar, en la idea de que, al quedarse, uno acepta y está de acuerdo con lo que ellas ordenan.

Sócrates voluntariamente aceptó vivir en Atenas, y tanto le gustó y tan de su agrado fueron esas leyes durante toda su vida, que nunca salió de Atenas ,como hicieron otros, salvo en las dos expediciones militares en que participó y para una fiesta religiosa en el Istmo. Por otro lado, tuvo hijos que educó según esas mismas leyes. Y pudo, durante el proceso, proponer para sí mismo el destierro, dentro de los cauces legales .

Causaría daño a sus amigos porque, por su amistad , podrían verse en la situación de ser desterrados, de ser privados de los derechos de ciudadanía o de perder sus bienes.

Perjudicaría a sus hijos llevándoselos a otro lugar viviendo allí como extranjeros.

Y se haría daño a sí mismo porque allí donde fuera lo verían como un destructor de las leyes de su ciudad; su actitud confirmaría que se sentenció correctamente, y caería en el descrédito y resultaría vergonzoso hablar sobre la virtud, la justicia y la legalidad cuando él ha invalidado las leyes de su ciudad desobedeciéndolas.

Y para rematar, en el Hades no sería bien recibido, habiendo actuado en contra de las leyes de aquí.

A todo esto el bueno de Critón ya no supo qué decir.

domingo, 14 de enero de 2007

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 7 bis. LOS AMIGOS DE SÓCRATES

En el Lisis el propio Sócrates le dice a Menéxeno que por encima de todo lo que más aprecia en este mundo está el tener amigos y, por los testimonios de Platón y Jenofonte, sabemos que los tuvo, y muchos. Unos los conocemos, otros muchos no; se pierden éstos entre la muchedumbre de la ciudad: sus amigos de juventud, allegados y familiares, compañeros en las campañas militares, colegas en los servicios políticos, vecinos de demo y copartícipes en los ritos religiosos.

De los que conocemos, unos son de Atenas, otros fueron extranjeros, atraídos a la ciudad por su fama; unos, ricos y destacados en el panorama político-social de Atenas, otros, pertenecientes a las clases populares; unos, de su misma edad, que le conocen y le han seguido desde siempre y hasta el último día, otros, jóvenes, nueva generación que se siente atraída por su extraña personalidad y por la genialidad de su pensamiento.

Y a todos los que le conocieron y escucharon hechizó, y no quedaron indiferentes ante la profundidad y originalidad de su discurso, más bien se sintieron transformados, otros, diferentes a como eran antes. Testimonio de ello nos da Apolodoro en El Banquete, quien explica cómo su vida era un sinsentido hasta que decidió seguir a Sócrates, o Alcibíades, quien en el mismo diálogo, en su discurso de alabanza hacia la figura del maestro, expone hasta qué punto había sido subyugado por aquél que, cuando le escucha, se siente totalmente transportado, e incluso siente vergüenza ante su presencia, de pensar en lo que hace cuando no está con él. Y según Alcibíades, a muchísimos les pasaba lo mismo.

De entre los más antiguos amigos se encuentra Euclides y fue, según el Fedón, uno de los que acompañaron a Sócrates en su último día.

Ni qué decir de Critón, amigo de toda la vida, del mismo demo y de la misma edad, que se ocupó prácticamente durante toda su vida de que nada le faltase a Sócrates ni a su familia, y en el diálogo de Platón que lleva su nombre nos enteramos de que lo visita en la cárcel todos los días, se ha hecho amigo del guardián mediante alguna gratificación para que le facilite las entradas y salidas, y está dispuesto a pagar un rescate con tal de salvar la vida de su amigo. En el Fedón vemos que encarga a sus criados llevar a Jantipa y a su hijo pequeño a casa, está con Sócrates cuando se lava por última vez y asiste a la despedida de Sócrates de sus hijos y familiares. Está pendiente de Sócrates ante los rápidos efectos del veneno, se encarga de su última voluntad, y fue quien le cerró la boca y los ojos.

Antiguos amigos son también Antístenes, y los hermanos Querécrates y Querefonte; en La Apología, Sócrates dice del último que fue a Delfos y osó preguntar al oráculo si había alguien más sabio que su amigo. En el Cármides lo vemos precipitarse sobre Sócrates al verle tras su regreso de la campaña de Potidea.

De la alta aristocracia ateniense fueron Cármides y su primo Crítias, así como Calias, en cuya casa se produce la reunión de sofistas que se narra en el Protágoras, y su hermano Hermógenes.

Más jóvenes fueron Aristipo de Cirene, Aristodemo, gracias al cual conocemos, según Platón, los discursos pronunciados en El Banquete en casa de Agatón; Simón, Epígenes, Fedón de Elis, Terpsión de Mégara y Menéxeno, los cuatro últimos estuvieron en la cárcel el último día.

Símias y Cebes, de Tebas, acompañaron también a Sócrates en su último día, como vemos en el Fedón, e incluso ofrecieron una importante cantidad de dinero para ayudar a Sócrates a escapar de la prisión.

Glaucón y Adimanto, hermanos de Platón, y por supuesto el propio Platón quien, cuando oyó a Sócrates, quemó sus poemas y se dedicó a seguirle.

Si fue una absoluta fascinación lo que causó la personalidad de Sócrates sobre sus amigos y sobre los jóvenes, que gustaban de escucharlo, todo lo contrario sintieron quienes, apenas conociéndolo e impermeables a los cambios que vivía la sociedad ateniense, lo veían como un individuo extraño, un elemento amenazador que cautivaba a la juventud y socavaba los mismos pilares ideológicos y religiosos en los que se sustentaba la ciudad. Éstos, tan lejos como estaban del pensamiento de Sócrates, no pudieron entenderlo.

jueves, 11 de enero de 2007

La muerte de Jean Pierre Vernant

Hoy he recibido la triste notícia de que uno de mis autores preferidos acerca del mundo griego, Jean Pierre Vernant, murió el martes , en Sèvres, a la edad de 93 años.

Historiador, filósofo y antropólogo dedicó gran parte de su vida al estudio de los griegos, del "hombre griego", de la "singularidad griega" , y de él hoy nos quedan sus libros, con los que "podremos mirar la luna con los ojos de un griego".

"Si los historiadores consiguieran reconstruir perfectamente el decorado en el que vivían los antiguos habrían cumplido su misión, de manera que, cuando se los leyera, cada uno podría sentirse en la piel de un griego"... Desde luego él ha sabido llegar a lo más profundo de la personalidad del hombre griego, y nosotros, al leerlo, nos sentimos cada vez más griegos.

Gracias y hasta siempre.

Mas información aquí.

SÓCRATES EN LA CÁRCEL


Nos sumamos, aunque tarde, al reto(tertius) de Sergi.

Intentaremos averiguar todas las cuestiones!

domingo, 7 de enero de 2007

MOSAICS ROMANS DE SÍRIA. PINTURA DE PEDRA



(Mosaic policrom figuratiu amb el cap de la Medusa. Opus tessellatum; s. V. Síria)


Del 16 de Novembre al 19 de Març de 2007 ,si teniu ocasió d'anar a Barcelona, no dexeu de veure, al Museu Egipci de Barcelona, Fundació Arqueològica Clos, l'exposició Mosaics Romans de Síria. Pintura de Pedra , on trobareu una mostra de mosaics procedents de Síria que daten dels segles II-VI de la nostra era.
L'exposició mostra una selecció de mosaics policroms de temática figurativa, predominantment de figures d'animals, geométrica i de simbología cristiana, que pertanyen a la colecció d'art antic de l'hotel Villa Real en Madrid.

Si voleu veure una xicoteta mostra de l'exposició, punxeu aquí.

Informació sobre mosaics romans podeu llegir aquí.

sábado, 6 de enero de 2007

¿DEBERES O PLACERES? En torno al libro de Jean-Pierre Vernant El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos. Anagrama.


En estos días en que todos nos hemos felicitado, hemos comido con familiares y amigos y nos hemos marcado nuestros propios retos para el próximo año, estuve yo en una de esas comidas con amigos que hacía tiempo no veía, y di en sentarme al lado de un amigo, profesor de Filosofía, con quien acabé hablando, tras ponernos al día de nuestra actualidad privada, de los alumnos ¿cómo no?
Y es que es increíble la capacidad que tienen de sorprendernos unas veces para mal y otras para bien en su onerosa práctica diaria de hacer los deberes.
Yo le explicaba que a mis alumnos de 2º de Bachillerato les está costando coger el ritmo de trabajo y el seguimiento diario que requiere el aprendizaje de la morfología y sintaxis griegas así como la práctica de la traducción, especialmente ante un texto como el de Jenofonte que nos ocupa este año.
Por otra parte, para mostrar la cara amable de la asignatura, le explicaba que desde hace unos años hago leer a los alumnos de 2º uno de mis libros de mitología griega preferidos: El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos de Jean-Pierre Vernant, editado en Anagrama.

Lo original del libro no son los mitos tratados, son todos ellos archiconocidos (el origen del universo, la sucesión de las distintas generaciones de dioses, el mundo de los humanos, la invención de la mujer, la guerra de Troya, Odiseo y sus aventuras, el dios Dioniso, la tragedia de Edipo, y Perseo), sino la particular interpretación que de ellos hace el autor, y especialmente, la manera de referirlos.

En el prefacio J.P.Vernant explica que hace muchos años, cuando en períodos de vacaciones su nieto pasaba un tiempo con él y su mujer, le gustaba contarle cada noche a la hora de dormir, como si fuera un cuento, una leyenda griega, así , improvisadamente, sin esfuerzo, con la espontaneidad que provoca la tierna escena, y con la considerable ingenuidad de creer que contribuía de algún modo a mantener viva una tradición de antiguas leyendas transmitidas en su origen oralmente, según él mismo dice.

Explica también la diferencia entre un mito, un relato histórico, una narración literaria y un texto poético, y concluye que memoria, oralidad y tradición son las condiciones de existencia y supervivencia del mito. Los mitos “no son solo relatos. Contienen el tesoro de pensamientos , formas lingüísticas, imágenes cosmológicas, preceptos morales, etcétera, que constituyen la herencia común de los griegos de la época preclásica.”

Y con la buscada simplicidad de quien quiere hacer fácil su relato, pero al mismo tiempo con la contundencia y originalidad que le permite su erudición, leemos el momento en que Urano con un grito atroz, tras la traidora castración llevada a cabo por su hijo, se separa de Gea ,con quien copulaba incesantemente, y se instala en el cielo; las tretas a que recurre Zeus para permanecer en el poder, tragándose a su primera esposa, Metis, que personifica la astucia, la previsión; los frutos efímeros destinados a los humanos y a todos los adversarios de Zeus, alimento de la mortalidad, frente al néctar y la ambrosía; la partida de ajedrez entre el astuto Prometeo y Zeus; las nupcias de Peleo; el largo viaje de Odiseo en el que el olvido, el desvanecimiento del recuerdo de la patria y el deseo de volver a ella, es lo que representa siempre el peligro y el mal; tras las diversas pruebas de reconocimiento, el presente recuperado nuevamente por parte de Odiseo en Ítaca; la confrontación entre extranjeros y auctóctonos en la fundación de Tebas; el sacerdote ambulante , Dioniso, y las mujeres salvajes; las generaciones cojas descendientes de Lábdaco, los Labdácidas, que descienden a su vez tanto de Cadmo, primer soberano de Tebas, como de los Espartoi, héroes guerreros nacidos de la tierra, destinados a la violencia y el odio; la desgracia deEdipo, el hijo putativo; y Perseo y la persecución de las Gorgonas.


Ante la sorpresa de mi amigo, le seguí contando los resultados de mi apuesta, que para mi alegría, son de lo más satisfactorios, y cada año mejores.
¿Por qué cada año mejores? Porque observo que cada año los alumnos que llegan a 2º saben más de Cultura Clásica, y por tanto este libro es un reencuentro, un reconocimiento de lo que habían aprendido en los cursos anteriores en una narración magistralmente expuesta, tal como he dicho antes.
Y, por otro lado, para aquellos alumnos, que los hay, que llegan a 2º sin saber casi nada de mitología, el libro es una auténtica revelación, el mejor billete de entrada al mundo de la mitología clásica.

Este año, mis alumnos de 2º , a los que todavía conozco poco, por mi traslado de centro, están leyendo también el libro, y me consta que les está gustando mucho, así como leo sus trabajos de cada apartado y algunos son realmente inmejorables.

ENHORABUENA a todos ellos!

(Conscientemente, he pospuesto la última parte del libro para después de vacaciones.)

Feliz entrada 2007!